El valor venal en los seguros es un concepto que, debido a su origen técnico, ignoran muchas personas interesadas en estos productos.
Sin embargo, conviene tener claro qué implica a la hora de su aplicación en las pólizas.
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¿En qué consiste el valor venal de los seguros?
En primer lugar, hay que señalar que el valor venal de los seguros es el precio que tiene un bien, justo antes de que se haya producido un siniestro, en el mercado de segunda mano.
Es importante conocer la forma de calcular este valor venal, puesto que de él va a depender (en algunos casos y según la póliza) la cuantía que se pueda obtener, por ejemplo, como indemnización por haber sufrido un siniestro.
Su aplicación en las pólizas y coexistencia con otros valores
Por otro lado, el valor venal puede estar presente, entre otras, en las pólizas de los seguros del hogar (de continente), de viaje o de automóvil (es muy relevante sobre todo en estos últimos). En resumidas cuentas, en los productos que ofrezcan coberturas para bienes tangibles.
¿Qué tiene en cuenta para calcularse?
En esta clase de pólizas, el valor venal se calcula teniendo en cuenta datos como la fecha de matriculación del vehículo, las leyes de mercado y las especificaciones propias de las marcas y sus modelos.
En función de la antigüedad del vehículo y las tablas que periódicamente actualiza el Ministerio de Hacienda, se aplican unos porcentajes para sacar los valores venales de los coches.
Por último, hay otros valores relacionados con el venal, como el de reposición, que no incluye en la tasación el estado (en un vehículo, se valorarían los km realizados). El valor venal mejorado, por su parte, va a oscilar entre el venal y el de reposición.
Conclusión
En definitiva, una vez se tienen nociones sobre el valor venal en los seguros, es preciso tenerlo en cuenta a la hora de aplicarlo en el contrato de la póliza.