Es habitual que los beneficiarios de un seguro de vida tengan dudas desde el momento en el que son informados de su papel. Estas son algunas claves básicas para entenderlo.
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¿Qué significa ser beneficiario de un seguro de vida?
Ser beneficiario de un seguro de vida supone recibir una indemnización en los casos previstos en la póliza del asegurado. Siendo este su principal derecho, también el beneficiario tiene la obligación de identificarse en la entidad emisora para verificarlo.
¿Quiénes son los beneficiarios en una póliza de vida?
Por norma general, los beneficiarios son aquellas personas que tienen un vínculo familiar, personal o económico con el asegurado. Esto significa que no es obligatoria la relación de parentesco.
Es el asegurado quien elige a los beneficiarios. Se aconseja designar a los beneficiarios de manera expresa con nombre y apellidos, aunque también se puede hacer de forma genérica (solo se indica el parentesco).
¿Qué es el registro de los seguros de vida?
Desde que saliera la Ley 20/2005, de 14 de noviembre, relativa a la creación de un Registro de Contratos de Seguros de Vida, el Ministerio de Justicia gestiona un listado público en el que los interesados pueden consultar si el fallecido disponía de una póliza de vida. De ser así, los beneficiarios podrán reclamar la indemnización a la compañía aseguradora sin riesgo a perderla por desconocimiento.
Certificado de Contratos de Seguros de Fallecimiento
Para obtener los datos, una vez hayan pasado 15 días desde el deceso, hay que solicitar en el registro un Certificado de Contratos de Seguros de Fallecimiento. Puede pedirse vía online (a través de la Sede Electrónica del Ministerio de Justicia), por correo (completando el formulario 790) o de forma presencial acudiendo a la Oficina Central de Atención al Ciudadano y a una Gerencia Territorial del Ministerio de Justicia.
En definitiva, los beneficiarios de un seguro de vida son los que reciben un capital por parte del asegurado con el que garantizar su tranquilidad económica.
